Esta receta
me la pasó una compañera de trabajo que asistió a un curso de Cocina Navideña
en una casa rural por los alrededores de Oviedo y este plato era uno de los del
menú de Navidad.
Ahora lo suelo hacer casi todos los años por
esas fechas para no saturarme de tanto sabor a marisco y pensaba subir la receta
un poco más adelante pero como algunas compañeras quieren ya la receta, pues allá
vamos…
INGREDIENTES:
400 g de puerros
cortados en rodajas y pochados en aceite
2 huevos cocidos
200 m. de nata
líquida
Pimienta molida
1 tarrina de
queso Philadelphia
2 cucharadas de
mayonesa
3 hojas de
gelatina
Sal
PREPARACIÓN:
Se pochan (sofríen, rehogan) los puerros con
un poco de aceite en la sartén para que queden blanditos pero sin llegar a
dorar. Se cuecen los huevos.
Preparamos las láminas de gelatina
poniéndolas un rato (5 minutos o así) en un plato hondo con agua fría hasta que
ablandan y a continuación yo las aclaro un poco al grifo. Para disolverlas se
pone un cuarto de vaso de agua o menos (lo mínimo que se pueda) en el
microondas a calentar (no hace falta que hierva) y luego se echa la gelatina
y se revuelve hasta que se disuelve. Se
añade a la nata líquida.
Finalmente se mezclan todos los ingredientes
con la batidora y a la nevera.
Con estas medidas sale mucha cantidad. Se pueden
poner en tupers o en flaneras de de aluminio untadas con aceite o mantequilla y
congelar para otra ocasión. Yo siempre lo hago. Es perfecto para grandes
reuniones porque cunde mucho.
Este fin de semana probé un pastel de puerros totalmente diferente en un restaurante y estaba buenísimo. Por encima llevaba un alioli con un golpe de soplete, o al menos me dió esa impresión pues parecía un poco requemado.
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